EEUU y Reino Unido responden con bombardeo masivo en Yemen tras ataque de los hutíes

Este viernes, Estados Unidos y Reino Unido bombardearon varios objetivos que estarían vinculados a los rebeldes hutíes en seis provincias de Yemen, luego que este grupo, respaldado por Irán, atacara barcos mercantes en el mar Rojo. Se trata del primer ataque de Washington contra los hutíes desde octubre de 2016, cuando Barack Obama era presidente.

Estos bombardeos incrementan la escalada de violencia en la guerra de Gaza. El presidente Biden aseguró que los ataques se han producido con el apoyo no operacional de Australia, Bahréin, Canadá y Países Bajos, además, no descarta que se tomen nuevas medidas. 

Biden también señaló que más de 50 naciones se han visto afectadas y tripulaciones de más de 20 países han sido amenazadas o tomadas como rehenes por actos de piratería. Por otro lado, más de 2 mil barcos se han desviado miles de millas para evitar el mar Rojo, afectando su tiempo de tránsito de envío de materias primas, petróleo, gas y mercancías.

“GUERRA FURIOSA”

Pese al ataque, la milicia yemení ha respondido con una andanada de misiles crucero y balísticos contra buques de guerra de ambos países en el mar Rojo, de acuerdo a fuentes hutíes. En tanto, Alí al Quhom, miembro del buró político de la milicia, dijo que se ha declarado “una guerra furiosa” y que se atacarán sitios y bases militares estadounidenses y británicos. 

"Nuestro país ha sido objeto de una agresión masiva por parte de barcos, submarinos y aviones de combate estadounidenses y británicos, y no hay duda de que Estados Unidos y Gran Bretaña tendrán que estar preparados para pagar un alto precio", declaró en sus redes sociales Husein al Ezzi, viceministro de Exteriores de los hutíes.

DATOS

Irán y Hamás han condenado el ataque y responsabilizan a Estados Unidos y Reino Unido de posibles consecuencias regionales.

En tanto, Rusia ha solicitado una reunión de urgencia del Consejo de Seguridad de la ONU, mientras que el presidente de Turquía acusó a Washington y Londres de intentar convertir el mar Rojo en un “mar de sangre”.