Este miércoles, decenas de miles de argentinos salieron a las calles de Buenos Aires en una masiva manifestación para expresar su descontento y protestar contra el Gobierno de Javier Milei y su drástico recorte del gasto público.
La jornada comenzó con un gran despliegue policial en los accesos a la ciudad y las estaciones de tren, que se intensificó a medida que se acercaba la hora de inicio de la manifestación programada para las cuatro de la tarde.
A pesar de los esfuerzos del Gobierno por evitar el corte de calles y garantizar la libre circulación, los manifestantes lograron avanzar con pancartas y bombos ocupando todo el ancho de las dos avenidas que desembocan en la Plaza de Mayo, epicentro de la protesta.
El tránsito tuvo que ser desviado por las calles cercanas debido a la elevada participación de la multitud. Durante la marcha, se coreaban consignas en favor de la unidad de los trabajadores y algunos manifestantes se acercaron al cordón policial para insultar a los antidisturbios.
CAMBIÓ DE DIRECCIÓN
La convocatoria inicial tenía como objetivo conmemorar a las víctimas de la violenta represión que marcó el final del Gobierno de Fernando de la Rúa en 2001, donde perdieron la vida 39 personas y cerca de 500 resultaron heridas durante protestas multitudinarias.
Sin embargo, la marcha adquirió un nuevo significado tras el anuncio del recorte del gasto por parte de Milei y se convirtió en la primera protesta contra su administración, a tan solo diez días de haber asumido como presidente de Argentina.