El último lunes la Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares (ICAN) mostró su preocupación por el anuncio del gobierno de Estados Unidos de desarrollar una nueva generación de armas atómicas y lanzó la advertencia que estas tendrían un potencial destructivo 22 veces mayor al de la bomba de Hiroshima (Japón, 1945).
La nueva bomba B61-13 “es una irresponsable escalada en la nueva carrera de armamento”, señaló la directora ejecutiva de ICAN, Melissa Parke. “Anunciar estos planes en medio de conflictos en Europa y Oriente Medio en los que participan países con armas nucleares (Rusia e Israel) es un acto arrogante frente a los esfuerzos por que estas armas de destrucción masiva no se vuelvan a utilizar”, señaló.
DESTRUCCIÓN MASIVA
De acuerdo al comunicado de ICAN, la nueva bomba que el ejército estadounidense pretende desarrollar, en caso de obtener el permiso del Congreso, tendrá una potencia de 360 kilotones, frente a los 16 que tenía la bomba de Hiroshima.
“Exigimos a Washington que cancele estos programas de modernización, y que en lugar de ello honre sus compromisos con el Tratado de No Proliferación, iniciando conversaciones hacia el desarme nuclear”, enfatizó Parke.
La directora ejecutiva de la ICAN recordó que el uso de este tipo de armas de destrucción masiva “supondría matanzas indiscriminadas de civiles y destrucción de infraestructura civil crítica, hechos que constituirían crímenes de guerra”.
Con información de EFE