En una conferencia de prensa, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, rechazó la idea de utilizar las Fuerzas Armadas para abordar el creciente problema del crimen en Río de Janeiro.
Esta declaración se produce en medio de una ola de violencia desencadenada, después de la muerte de un líder de milicias paramilitares a manos de la Policía.
Lula discutió su postura tras una reunión con el ministro de Defensa, José Múcio, y altos mandos militares para abordar la situación en la ciudad.
CRIMENES EN RÍO
La ola de violencia comenzó el lunes, con disturbios y la quema de más de treinta autobuses en represalia por la muerte de Matheus da Silva Rezende, conocido como 'Teteu' y considerado el segundo al mando de la milicia que controla la ciudad.
El gobernador de Río de Janeiro, Cláudio Castro, calificó estos actos como "acciones terroristas" y se comprometió a perseguir a los líderes de estas facciones que compiten por el control del territorio junto a los narcotraficantes.
