Si hay un lugar sagrado para el mundo cristiano ese es el Santo Sepulcro o simplemente la tumba de Jesús. Ubicado en la Ciudad Vieja de Jerusalén, el santuario donde permaneció el cuerpo de Jesucristo sigue siendo el sitio más venerado durante la Semana Santa.
Durante 1700 años, los enemigos de Jesús intentaron desaparecer el lugar para evitar que se convierta en sitio de peregrinación. No solo fue incendiado, sino también destruido por califas musulmanes, pero dicha cueva sobrevivió hasta nuestros días.
Ahora convertida en iglesia, el Santo Sepulcro resumen más de dos mil años de religión y creencias. Es el lugar donde Jesús fue enterrado tras morir en la Cruz, donde resucitó al tercer día para ascender a los cielos y estar sentado a la diestra de Dios, su padre.
Historia del Santo Sepulcro
Durante el siglo IV d.c., el emperador Constantino se propuso encontrar la verdadera tumba de Jesús, por lo que envió su madre a buscar el Monte Calvario en Jerusalén. La mujer, después de varios intentos, halló el lugar de la crucifixión del nazareno.
Constantino, emocionado por el hallazgo de su madre, envió a cavar en los alrededores y encontró varias tumbas judías en piedras. Ubicó la que creyó que era de Jesús y mandó a construir un templo que luego fue ampliado, destruido, restaurado y convertido en una hermosa basílica.
Actualmente, el Santo Sepulcro es custodiado por seis comunidades cristianas: griegos, armenios, etíopes, sirios, coptos y franciscanos. Aunque la interacción entre ellos es casi nula, se ha convertido en un lugar muy especial para todos los visitantes, sin importar sus creencias.
Atractivos del Santo Sepulcro
Para cualquier visitante, la tumba de Jesús es el mayor atractivo del Santo Sepulcro. Se trata de un mausoleo de mármol visitado por miles de turistas y fieles que hacen largas colas para poder ingresar. De hecho, solo caben cuatro o cinco personas al interior del mortuorio.
En la entrada principal de la basílica reposa la famosa piedra donde, según los evangelios, Jesús fue ungido antes de ser sepultado. Cada día, cientos de fieles de todas partes del mundo se amontonan alrededor de la piedra esperando su turno para arrodillarse y besar esta reliquia.
A la derecha de la Piedra de la Unción, unas escaleras de piedra conducen a una sala elevada, que representa el Monte Gólgota donde Jesús fue crucificado. La gran roca donde todo sucedió está protegida por un cristal y es muy venerada por los cristianos.
