La explosión de un gasoducto de la estatal Petróleos Mexicanos (Pemex), ocurrido la mañana de ayer, dejó al menos dos fallecidos, tres heridos y considerable daños materiales en al menos ocho poblaciones del municipio de Huimanguillo, estado de Tabasco, sureste del país.
Los moradores narraron que fueron despertados por el estallido, que provocó la caída de techos y paredes de sus rústicas casas, dejando muertos y heridos. Piden ayuda a las autoridades ya que algunos terminaron con sus viviendas inhabitables, y ahora no tienen donde vivir.
Desfogue descontrolado
Los damnificados sostienen que desde la tarde del jueves reportaron varias veces a las autoridades el riesgo de un accidente de proporciones ante el desfogue "descontrolado" del ducto, que horas después reventó, desatando la lamentable tragedia en Huimanguillo.
Autoridades de Protección Civil municipal y de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y equipos contraincendios de la paraestatal Petróleos Mexicanos (Pemex), establecieron un cerco de seguridad, para evaluar los daños e implementar acciones inmediatas.