Esta mañana, tras rezar el ángelus en la plaza de San Pedro, el papa Francisco pidió a la comunidad internacional que se comprometa a que cese la guerra en Ucrania tras la invasión de Rusia, que calificó de "repugnante" y una "masacre insensata".
Asimismo, lamentó que se lancen "misiles y bombas contra ancianos, niños, madres, mujeres embarazadas" y recordó que ayer, sábado, visitó el hospital Bambino Gesu, donde fueron trasladados algunos infantes ucranianos víctimas de los bombardeos.
Refugiados sin alimentos ni medicinas
El Sumo Pontífice también recordó a los millones de refugiados ucranianos que huyen de las bombas y que han perdido todo, y expresó "su dolor" por los que no pueden escapar de los bombardeos y permanecen escondidos sin alimentos ni medicinas.
"Ancianos, niños, personas frágiles se quedan a morir bajo las bombas sin recibir ayuda (…) Es una crueldad, inhumana y sacrílega", repitió Francisco en uno de sus llamamientos más duros desde que empezó la guerra, aunque, de nuevo, sin citar a Rusia.