En Brasil, un peñasco de gran tamaño se desprendió de la pared de un cañón, cayendo desde una altura de cinco metros impactando varias embarcaciones que paseaban a turistas en el lago Furnas, al sureste del estado de Minas Gerais.
La tragedia ocurrió cerca al mediodía, hora local, cuando empezaron a desprenderse algunas rocas desde el acantilado desatando el pánico entre los turistas que estaban disfrutando de un recorrido de espaciamiento por la zona.
A consecuencia del derrumbe, ocho personas perdieron la vida y hasta el momento hay tres cuyo paradero es desconocido, a los que se suman 33 heridos la gran mayoría con lesiones superficiales y huesos quebrados, de los cuales solamente cuatro permanecen hospitalizados.
Tras la tragedia las autoridades indicaron que se investigará si los recientes temporales provocaron la inestabilidad y desprendimiento de rocas desde el peñasco.
Entretanto, el presidente Jair Bolsonaro se expresó sobre esta tragedia a la que calificó como un “desastre lamentable” resaltando los trabajos de la Marina brasileña para auxiliar a las víctimas con gran eficiencia y premura.
Cabe señalar que en otra zona los problemas climáticos también ocasionaron otro incidente en un dique también en Minas Gerais, donde se desbordó en una mina de hierro de la siderúrgica obstaculizando y bloqueando la autopista que une Belo Horizonte con Rio de Janeiro. Sin embargo, no hubo bajas mortales.
