Decenas de miles de personas al norte de China permanecen confinadas en sus viviendas, mientras las autoridades intentan contener un incipiente brote de COVID-19 a 100 días de que se inicien los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín.
El acceso a lugares turísticos también fue restringido y se ha aconsejado a los residentes limitar sus movimientos a lo necesario, pese a que el transporte público opera con normalidad.
39 nuevos casos de COVID-19 fueron identificados el lunes en el gigante asiático y más de cien se registraron durante la semana pasada. La mayoría de contagios fueron vinculados a un grupo de turistas.
A pesar de que la cifra es baja respecto al resto del mundo, China mantiene su política de "tolerancia cero" al virus, por lo que ha reaccionado rápidamente con restricciones y campañas de detección masivas.
En Pekín, la ciudad donde se prevé iniciar los juegos de invierno el 4 de febrero, se aplazó indefinidamente una maratón para el 31 de octubre con 30 mil corredores.