En Brasil, las autoridades de Sao Paulo intervinieron el fin de semana a más de 600 personas en un club nocturno, situado en el distrito de Capão Redondo, por infringir las medidas sanitarias impuestas por el gobierno para evitar la propagación del Covid-19.
El local no contaba con ventilación y ninguno de los asistentes llevaba puesta la mascarilla, algunos se enfrentaron a la policía para evitar la intervención. Entre las personas que fueron llevadas a la comisaría figuran también los organizadores de la fiesta clandestina.
Eduardo Brotero, el agente policial que lideró el operativo, manifestó su desconcierto e incredulidad con lo ocurrido. “Nunca me imaginé a cientos y cientos de personas en un lugar sin una sola ventana, con todas las puertas cerradas”, sostuvo.