En Tailandia cientos de manifestantes exigen una reforma al gobierno y a la monarquía, lo que desató violentos enfrentamientos y por ello comenzaron a usar patos inflables para protegerse de los gases lacrimógenos y de la fuerza de los cañones de agua que lanza la policía.
Las autoridades son cada vez más represivas y violentas. Los patos fueron apodados como la nueva “fuerza naval”. En esa nación, criticar a la monarquía en Tailandia puede ser un delito penado hasta con 15 años de prisión.
El primer ministro actual, Prayut Chan-o-cha, llegó al poder en 2014 tras un golpe de Estado cuando se desempeñaba comandante en jefe del Real Ejército Tailandés.
Cabe señalar que a pesar que en 2019 renovó su mandato a través de las urnas, la oposición en Tailandia critica la falta de transparencia de aquellos comicios.