Desde esta noche, la ciudad de La Habana se somete durante al menos 15 días a las medidas más restrictivas impuestas por el Gobierno de Cuba desde el inicio de la pandemia, que incluyen un toque de queda y cuantiosas multas para los infractores.
Las autoridades aseguran que el repunte de los casos en la capital (pasaron de tener cero a mediados de julio a registrarse varias decenas diarias en la segunda mitad de agosto) justifican las restricciones, que agravará la crisis económica, aseguran.
A partir de la 07:00 p.m. hasta las 05:00 a.m. las calles deberán estar vacías y vigiladas por la policía, que castigará a cualquiera que salga a pie o con su vehículo con multas entre los 2,000 y los 3,000 pesos cubanos (entre 80 y 120 dólares).
Asimismo, se prohíbe la entrada y salida a La Habana, por lo que la ciudad ha quedado incomunicada con el resto del país y solo se podrá abandonar por motivos excepcionales. Asimismo, se prohíbe fiestas y reuniones sociales dentro de las viviendas.
Las nuevas medidas se mantendrán en la ciudad, de más de 2 millones de habitantes, más allá del 15 de setiembre en caso de que no se logre contener la propagación del coronavirus, que desde marzo ya acumula 4,065 casos y 95 fallecidos.