El popular músico Hanchalu Hundessa, de 34 años, activista y símbolo de la lucha contra la discriminación de la etnia Oromo, una de las numerosas de Etiopía, fue asesinado a tiros el último lunes por la noche en Addis Abeba, la capital del país. Sus seguidores responsabilizan al Gobierno de la muerte.
El crimen ha provocado una ola de violentas protestas que hasta el momento dejan 90 muertos, decenas de heridos y cientos de detenidos. Las autoridades señalan que hay varios sospechosos detenidos en relación al crimen del artista, que estuvo preso y exiliado por su activismo, y que investigan el suceso.
Ante la violencia, el Gobierno etíope desplegó el ejército en las calles, cortó el acceso a internet y detuvo a figuras políticas opositoras, acusadas de avivar las protestas, multiplicado así las suspicacias de que las autoridades querían acallar a una voz incómoda y golpear al movimiento Oromo.
Las etnias Oromo y Amhara, que juntas suman el 65% de la población, se levantaron entre el 2014 y 2018, hartas de no tener representación en las instituciones políticas y militares controladas desde hace décadas por la etnia Tigray, que representa apenas un 6% de la población.