La pandemia del COVID-19 ha desencadenado una serie de medidas restrictivas para frenar la propagación de la enfermedad. Por ese motivo varios negocios dedicados a la venta de alimentos y bebidas se han visto perjudicados.
Tal y como ocurrió en Francia, donde al menos 10 millones de litros de cerveza de barril serán destruidos porque no han podido ser consumidos. La principal razón para adoptar esta medida es que la misma no suele estar pasteurizada, por lo que se malogra con mayor facilidad, según informaron integrantes del sindicado de productores.
Cerca del 25% de los fabricantes de esta bebida está paralizados por el confinamiento y un 70% afirmó haber pedido hasta un 50% del volumen del negocio o más desde el pasado 15 de marzo.