La sonda robótica “New Horizons” sobrevoló un cuerpo gélido y totalmente desconocido a más de 6.000 millones de kilómetros de la Tierra. Este es el objeto celeste más antiguo y lejano jamás visitado por una nave terrícola.
NASA acaba de publicar todos los datos recogidos por la sonda de aquel sobrevuelo por “Ultima Thule”, ahora rebautizado “Arrokoth”, que significa cielo en la lengua de los indios norteamericanos.
El cuerpo celeste es un pequeño mundo de 36 kilómetros de lado formado por dos grandes esferas achatadas unidas por un estrecho cuello y es uno de los millones de objetos que forman el cinturón de Kuiper, un disco de escombros de tamaños, donde Plutón es tal vez el más famoso.
La “New Horizons” pasó a unos 3.500 kilómetros de distancia de la superficie de Arrokoth, pero sus cámaras pudieron retratarlo con detalle, de forma que cada píxel representa unos 30 metros.