Las sonda Voyager 2, de la NASA, fue una de las primeras naves en abandonar la heliosfera, la región del espacio dominada por el viento solar, junto a la Voyager 1.
Gracias a su sólida factura y a la ausencia de ordenadores a bordo, las dos naves siguen funcionando 42 años después de ser lanzadas y continúan mandando datos de gran interés científico sobre el medio interestelar, la región situada más allá de la influencia de nuestra estrella, a través de sus antenas.
Sin embargo, el pasado 25 de enero hubo un problema con la Voyager 2. La sonda no ejecutó la maniobra prevista por la que debía girar 360 grados para calibrar uno de sus instrumentos. En consecuencia, se produjo una exceso de demanda energética y la nave entró en “modo a prueba de fallos” para disminuir el consumo, desactivando los instrumentos científicos.
Cabe indicar que según NASA, aun no se puede confirmar que la Voyager 2 ha vuelto a sus operaciones normales.