De acuerdo a los datos de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), en 2019 nacieron en China 14,6 millones de bebés, medio millón menos que el año anterior y 1,5 millones menos que en 2017. No nacían tan pocos desde 1961, en plena hambruna de los años del Gran Salto Adelante.
La tasa de natalidad queda en 10,48 por mil habitantes, más alta que la de Japón (7,39 por mil) o Corea del Sur, pero más baja que la de Estados Unidos (11,97 por mil) y muy por debajo de la media mundial, de 18,65 en 2017.
Se ha colocado en su nivel más bajo desde la fundación de la República Popular de China hace siete décadas, pese a que ya hace tres años que se eliminó la política del hijo único.
Cabe indicar que las cifras son preocupantes para el país más poblado del mundo, con 1.400 millones de habitantes, pero que afronta un veloz ritmo de envejecimiento.