En España, un hombre de 58 años con cáncer terminal, decidió asaltar un joyería en Barcelona para dar el dinero a su familia antes de morir. Al saber que vida pronto se extinguiría, empezó a idear un plan para llevar a cabo su último atraco. Estaba apartado de los asaltos a las joyerías para centrarse en algo menos adrenalínico como el tráfico de drogas, pero aquel día todo cambió. “Vamos a hacer una última chambita ”, le suplicó a un amigo y lo convenció porque quería asegurar el futuro de su familia con el dinero robado cuando él ya no estuviera.
En octubre de 2018 el condenado a muerte entró a una joyería de Barcelona junto a su cómplice, en silla de ruedas, simulando ser un paralítico. Así, sacaron el arma que portaban y robaron joyas valuadas en un millón de dólares.
Increíblemente, un año después la policía detuvo a una personas considerada sospechosa por portar un reloj de 5 mil euros que resultó ser una de las piezas robadas a la joyería.
Pero un también un año después el ladrón ya no estaba en este mundo, el cáncer terminal que tenía se llevó su vida pero al menos lo dejó terminar su último objetivo: robar para asegurar a su familia.