En Brasil, el Instituto Médico Forense despidió a un asistente forense, de 52 años de edad, acusado de haber tenido relaciones sexuales con un cadáver de una mujer, el pasado 23 de noviembre.
El acusado identificado como Wanderley N se encontraba sobre el cadáver en la sala de autopsias, en presencia de un compañero, cuando fueron sorprendidos por un agente de la policía que entró al lugar.
Según las autoridades, el forense escapó de la escena del crimen en cuanto noto la presencia del agente.
Las investigaciones del caso indican que Wanderley y su compañero estaban alcoholizados por festejar la victoria de un equipo de fútbol de la copa Libertadores, por ello cometieron ''graves ausencias funcionales''.
Según las leyes brasileñas, mantener relaciones sexuales con un cuerpo sin vida podría ameritar una pena de uno a tres años de prisión y el pago de una multa.