En Inglaterra, una cría de foca que apareció herida en la playa Chesil Beach, falleció luego de que la multitud que se tomaba fotos con el animal no permitió el paso de los rescatistas.
La foca gris había sufrido heridas graves en una de sus aletas supuestamente causadas por un sedal que habría llegado a dañar el hueso, causando una grave infección.
Horas más tarde, la foca regresó a la playa, cuando la mayoría de la gente se había ido, alguien la vio y llamó a los representantes de la Real Sociedad para la Prevención de la Crueldad contra los Animales (RSPCA, por sus siglas en inglés), organización caritativa que promueve el bienestar animal.
Derek Davey, un experto local en vida silvestre que se encargó del animal antes de la llegada de RSPCA, culpó a los espectadores, explicando que aunque probablemente habría muerto de todos modos, su dolor se prolongó por el retraso en el rescate.
Un portavoz de la organización explica que dada la gravedad de la herida, se decidió sacrificar al animal para que dejara de sufrir.