Sucedió en Sudáfrica. Manono Makhaphela, director de la escuela secundaria Luhlaza, ubicada en Khayelitsha de Ciudad del Cabo, enterró viva a una indefensa perrita llamada 'Lily' que tenía sus patas paralizadas.
Según se pudo conocer, el can estaba en el centro de estudios cuando empezó a dar ladridos de hambre y demandar un poco de atención. Fue entonces que el hombre ordenó a dos conserjes que se 'libraran' de ella y que la enterrasen en algún lugar lejano.
'Lily', que no tiene dueño (es decir, es un can vagabundo), sufrió un accidente hace algunos años por lo que quedó discapacitada. Pese a su estado físico, no se apiadaron de ella y la enterraron viva.
Por fortuna, sus fuertes alaridos alertaron al personal de limpieza de la escuela que al verla llamaron de inmediato a la Clínica de Animales de Madzanada, una organización que vela por los animales más vulnerables en Sudáfrica.
Luego de 30 minutos de estar bajo tierra, la indefensa mascota fue rescatada sana y salva. 'Lily' ya la pasa mejor, pues fue adoptada y ahora cuenta por fin con un hogar.
Tras todo lo ocurrido, la Autoridad Fiscal Nacional, realizó una citación al director ante la Corte de Magistrados de Khayelitsha y la gerente de proyectos de la clínica, Jane Levinson, declaró en su contra.
Makhaphela fue encontrado culpable por negligencia, tortura y crueldad hacia un animal causándole daños innecesarios. Él recibió una multa de 6000 Rands sudafricanos, y la mitad de esta multa estuvo suspendida durante cinco años a condición de que implementara un programa de concientización sobre protección animal en la escuela.
En tanto, los conserjes que se encargaron de enterrar viva a la perrita fueron acusados de maltrato animal y tuvieron que realizar 150 horas de servicio comunitario.