Las protestas no cesan en Bolivia y la tensión respecto a su jefe de Estado se acentúa. Por ello, este sábado, Evo Morales volvió a denunciar que está en marcha "un golpe de Estado" pero llamó a la oposición a un "diálogo abierto" para "pacificar al país".
El presidente pidió a los cuatro partidos opositores que tienen representantes en el Parlamento sentarse a dialogar de manera inmediata, para evitar más violencia en el país. "Nuestro ministro de la presidencia estará enviando notas para instalar una mesa de diálogo para pacificar Bolivia, para preservar la vida", dijo el mandatario.
Morales, durante la conferencia de prensa que convocó al mediodía de este sábado en el aeropuerto militar de la ciudad de El Alto, también invitó a organismos internacionales como Naciones Unidas y la Organización de Estados Americanos (OEA) y las iglesias a acompañar el diálogo.