El Archivo Secreto del Vaticano, el cual contiene millones de documentos que abarcan 12 siglos de historia de la Iglesia Católica, ya no serán más ‘secretos’, pues el Papa Francisco ha cambiado su nombre a Archivo Apostólico Vaticano.
En estos documentos se incluyen las cartas sobre las solicitudes del rey Enrique VIII para divorciarse de Catalina de Aragón y casarse con Ana Bolena, lo que condujo a la separación de la Iglesia inglesa de la Iglesia Católica en 1534.
También se incluyen actas originales del juicio de 1633 al astrónomo Galileo por parte de la Inquisición, que lo condenó de herejía por enseñar que la Tierra gira alrededor del sol.
Con el cambio del nombre a estos documentos, se le quitaría cualquier “matiz negativo” de la palabra latina ‘secretum’ que el Papa dijo en un decreto se acerca más al significado de “privado” o “reservado” que “secreto” cuando los archivos fueron bautizados por primera vez alrededor de 1610.
Además, estos archivos no son enteramente secretos, pues están abiertos a investigadores calificados después de un período determinado.
