El #MeToo francés también empezó con un tuit. El 13 de octubre de 2017, en plena oleada de denuncias de acoso sexual tras el estallido del escándalo Harvey Weinstein, la periodista francesa que reside en Nueva York, Sandra Muller escribió en la red social un mensaje, donde alentaba a las mujeres a “contar, dando el nombre y los detalles, de un acoso sexual” que hubieran sufrido en su trabajo.
La revista Time la nombró una de las “rompedoras del silencio” sobre el acoso sexual con el movimiento MeToo que ese mismo año decidió nombrarla como la personalidad del año para la publicación.
Sin embargo, la revelación de la identidad de su presunto acosador le valió una denuncia por difamación y un juicio que ahora ha perdido, aunque la periodista ha anunciado que apelará la decisión que la condena a pagar 20.000 euros al hombre al que acusó por las redes sociales.