En Turquía, un hotel de cuatro estrellas ofrece un servicio poco habitual a sus huéspedes: una sala donde pueden romper platos y destrozar ordenadores, televisores y otros objetos.
Según contaron los administradores, la 'sala de ira' busca ofrecer a turistas "una experiencia diferente durante sus vacaciones" para ayudarles combatir el estrés. Los huéspedes, vestidos con ropa protectora, pueden destruir todo lo que quieran, desde botellas hasta muebles, pasando por electrodomésticos y computadoras.
Asimismo, sostienen que la habitación es especialmente popular entre hombres de entre 18 y 38 años que se dedican a los negocios y a las tecnologías de la información. En cuanto a las nacionalidades, la mayoría de los turistas 'estresados' proceden de Alemania, los países escandinavos, Reino Unido y Países Bajos.