En Estados Unidos, dos hombres identificados como Tony Mitchell y Edward Hopkins asaltaron un banco a punta de pistola y huyeron de la sucursal llevándose una cantidad no revelada de efectivo.
Sin embargo, durante la persecución policial posterior, Hopkins, que conducía un auto negro, alcanzó velocidades de más de 200 kilómetros por hora y se estrelló tras perder el control del vehículo.
En las imágenes de la persecución, publicadas por las autoridades, se puede observar al atracador maniobrando y acelerando. En cierto momento su auto se sale repentinamente de la carretera produciendo una gran nube de polvo. Poco después Hopkins chocó contra un árbol y salió disparado del auto, perdiendo la vida al instante.
Los agentes recuperaron una cantidad no revelada de efectivo del vehículo, junto con una pistola cargada y cargadores adicionales. Tony Mitchell, el cómplice de Hopkins, no estaba con él en el vehículo y continúa en libertad.