En Reino Unido, un joven nunca imaginó que moriría el día de su cumpleaños. Owen Carey y su novia decidieron comer hamburguesas para celebrar y una hora después este murió en el hospital.
Según los medios internacionales, el lamentable hecho sucedió porque Owen Carey era alérgico a los lácteos y previo a pedir la orden, avisó a los mozos del restaurante. Cuando le trajeron la orden, los empleados olvidaron decirle que la la carne de la hamburguesa de pollo era marinada en suero de mantequilla.
Sin saber lo que contenía, el joven comió parte de su hamburguesa de pollo y a los pocos minutos sufrió un ataque anafiláctico por sus alergias. Inmediatamente fue trasladado al hospital. Una hora más tarde murió.
Por su parte, la hermana de Carey, Emma Kocher, llamó a la adopción de una nueva ley que obligue a los restaurantes a "mostrar información clara sobre alérgenos en cada plato individual en sus menús".
"Simplemente no es suficientemente bueno tener una política que se base en la comunicación verbal entre el cliente y su servidor, que a menudo tiene lugar en un restaurante concurrido y ruidoso donde la rotación del personal es alta y muchos de sus clientes son muy jóvenes", explicó.
