El barco de la ONG Open Arms finalmente podrá tocar tierra, junto a los 90 migrantes que están en su interior desde hace 19 días en condiciones que han calificado como “desesperadas”.
Esta decisión la tomó el fiscal de Italia, Luigio Patronaggio tras una inspección de la policía judicial junto a médicos que verificaron el estado de los migrantes. La Fiscalía investigará por qué no dejaron que estos desembarquen.
El auge de la crisis se dio ayer cuando unos quince migrantes se lanzaron al mar tratando de alcanzar nadando la costa italiana, situación que Patronaggio calificó de ´explosiva´.