Son más de 100 incendios declarados en las seis últimas semanas en el Ártico, específicamente en Alaska, Estados Unidos y Siberia, Rusia, los cuales no se han podido controlar debido a su latitud e intensidad.
Las elevadas temperaturas sin precedentes, no solo han perjudicado a estas zonas sino que significa que se han multiplicado las emisiones de dióxido de carbono.
Tan solo en junio se han emitido 50 megatoneladas de dióxido de carbono, un equivalente a las emisiones en Suecia de todo un año, así lo informó la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
Estos fenómenos cubren una superficie equivalente a 100 mil campos de fútbol y en Ontario, Canadá, cubre lo que sería 300 mil campos de fútbol juntos. "La naturaleza virgen del Ártico es muy frágil y se calienta más rápido que otras regiones", dijo un portavoz de la ONM.
Esto se debe a que las partículas contaminantes generadas por los incendios caen en la superficie del hielo, la cual absorbe los rayos solares en vez de reflejarlos, acelerando el calentamiento en la región.