En la ciudad rusa de San Petersburgo y en medio de un gran hermetismo, fueron sepultados esta mañana los 14 marinos fallecidos en el incendio de un submarino ocurrido en el mar de Barents.
La tragedia se registró el pasado lunes, pero el accidente no se hizo público hasta un día después, ante la denuncia de los familiares, el gobierno declaró que los detalles de la tragedia constituyen un "secreto de Estado".
El presidente Vladimir Putin condecoró a título póstumo a los marinos por la valentía demostrada durante la tragedia. El funeral se realizó en el cementerio Serafimovskoye, en medio de fuertes medidas de seguridad.
El viernes, el Ministerio de Defensa confirmó que el submarino funcionaba con energía nuclear y que el fuego se generó en el compartimento de baterías, pero que no afectó al reactor nuclear.