Las autoridades se han referido a este episodio como la crisis política más grande que ha vivido Hong Kong en décadas. Miles de manifestantes tomaron la sede del Gobierno, rompieron ventanas y destruyeron todo a su paso, a la policía le tomó horas poder recuperar la institución.
Pero, ¿qué llevó a los ciudadanos a armar una protesta sin precedentes? La respuesta es la incorporación de un proyecto de ley de extradición que, aunque fue retirado, sigue causando conmoción. Con este, se estaría perdiendo parte de los derechos que hacen a Hong Kong un territorio independiente del resto de China, y esto incluye la política.
A continuación, las claves para entender esta situación:
Hong Kong fue, durante más de 150 años, una colonia de Reino Unido, por lo que está fuertemente influenciado por esta nación. Tal es así que el inglés comparte posición con el chino como idiomas oficiales. Incluso conducen de lado izquierdo como los británicos.
Hong Kong mantiene sus derechos de protesta, libertad de prensa y libertad de expresión. Esto no sucede en la China continental comunista. Por lo que, Hong Kong existe en China bajo la modalidad de “un país, dos sistemas”.
Parte de este sistema, contemplado dentro de la ´Ley Básica´, es la garantía de la independencia del poder judicial de Hong Kong, así como su propia democracia que funcionarios están comprometidos a cumplir, obligando al gobierno de Beijing a no interferir.
Este nuevo proyecto permitiría a autoridades chinas extraditar a personas al continente, pero los ciudadanos creen que esta medida podría hacer que cualquier persona en Hong Kong sea vulnerable a ser retenida y enviada a la frontera por razones políticas. Además, para algunos, evidencia las intenciones de China de influenciar cada vez más a Hong Kong.