Policía de Brasil logró desarticular una banda dedicada a la caza de animales silvestres. Desde 1987, el más antiguo de sus ocho integrantes, se ha dedicado a cazar jaguares en el interior de Acre, estado norte de Brasil fronterizo con Perú, acumulando en su registro la muerte de más de mil de estos animales.
La fiscalía brasilera se propuso desarmar al grupo y desde hace tres meses venía interviniendo sus comunicaciones, mediante estas se enteró de, al menos, once salidas a cazar en las que mataron ocho jaguares, 13 carpinchos, 10 pecaríes de collar y dos ciervos. Estos sujetos usaban, además, perros como carnada.
Fueron denunciados también por guardar la piel y carne de los animales muertos y por integrar una “asociación criminal armada”. Por estos delitos se enfrentan a sanciones tanto de prisión como multas.