El resultado de las malas decisiones a nivel económico empiezan a mostrarse. En Venezuela un huevo cuesta lo mismo que 93.3 millones de litros de gasolina.
El país llanero, que en otros tiempos se jactaba de ser una de las potencias petroleras a nivel mundial, hoy la hiperinflación y el estancamiento de los precios hacen que el combustible sea regalado.
A pesar de tener la gasolina más barata del mundo, los venezolanos sufren escasez y deben hacer largas colas para llenar el tanque en distintas regiones.
Tras una reconversión monetaria lanzada por el dictador Nicolás Maduro, los nuevos billetes fueron pulverizados por una hiperinflación que el FMI proyecta en 10.000.000% para este año.
El plan de reajuste de Maduro del 2018 incluía aumentar la gasolina, incluso a precio internacional para las personas sin "Carnet de la Patria", documento que da acceso a subsidios y que la oposición considera un mecanismo de control social.
La subida nunca se concretó en el país con las mayores reservas petroleras, cuya producción ha caído a sus peores niveles en tres décadas.
Con ese colapso, Venezuela vive la peor crisis de su historia moderna.
