El tribunal de Southwark, en el sur de Londres (Reino Unido), condenó a Julian Assange a casi un año de cárcel por haber violado su libertad condicional en 2012, cuando se refugió en la embajada ecuatoriana para impedir su extradición a Suecia.
El fundador de WikiLeaks recibió 50 semanas de reclusión, tomando en cuenta el tiempo que ya pasó en la cárcel por dicho delito, con sanciones de hasta un año y por el que fue detenido el pasado 11 de abril.
No obstante, Estados Unidos aún está a la espera de juzgarlo por “piratería informática”, por lo que este jueves 2 de mayo recibirá una visita judicial por la petición de extradición, proceso que podría alargarse hasta dos años. El australiano de 47 años compareció con barba y cabello cortos y bien cuidados.
Aunque el periodista y programador enfrenta además una reapertura del caso de supuesta agresión sexual denunciado por una ciudadana sueca, su abogada británica, Jennifer Robinson, señaló que por el momento “la cuestión clave” es “la extradición de Estados Unidos”.
La defensa teme que pueda ser ser condenado a cadena perpetua o incluso muerte por traición, tras revelar en WikiLeaks cientos de miles de documentos diplomáticos y militares secretos de Estados Unidos en 2010, aunque desde Washington señalan que está imputado por un cargo menor.
La justicia estadounidense afirma haberlo imputado únicamente de conspiración para cometer intrusión informática, un delito pasible de un máximo de cinco años de cárcel.