Un padre, cansado de que su recién nacido de seis semanas llorara sin parar, introdujo sus dedos en la pequeña garganta del menor para intentar callarlo, provocando que los huesos rotos, lesiones hepáticas y hemorragia cerebral terminaran con su vida. El hecho ocurrió en Misuri, Estados Unidos.
Ante esta situación, el agresor, quien responde al nombre de Robert Burnette, intentó defenderse señalando que le causaba mucho estrés que el pequeño llorara sin parar, por ello 'ideó' ese 'mecanismo' para silenciarlo.
Vale mencionar que una de las escenas más indignantes para muchas familias es que pese a que el terrible crimen ocurrió en presencia de la madre del recién nacido, Megan Hendricks, ella no hizo nada por detener al hombre.
Ahora, el sujeto enfrenta una condena de 30 años de prisión mientras que su pareja podría ser condenada a 21 años de prisión por no solicitar ayuda a la policía o impedir la muerte de su bebé.
