Esta mañana, tras saludar a las 80 mil personas reunidas en la plaza de San Pedro, el Sumo Pontífice leyó su mensaje de Pascua e impartió la bendición Urbi et Orbi (a la ciudad y al mundo).
En su alocución, el religioso pidió el fin del "exterminio" en Siria y abogó por la "reconciliación para Tierra Santa", refiriéndose a los enfrentamientos del último viernes en la frontera entre Israel y Gaza, que dejó varios muertos y heridos.
Francisco también se refirió a la situación que afecta a Venezuela, para quien deseó cuanto antes una salida "justa, pacífica y humana" a la crisis política y humanitaria que vive el país sudamericano.
Finalmente, el Santo Padre recordó que la Pascua debería ser un símbolo de esperanza "allí donde hay mísera y exclusión, allí donde hay hambre o falta el trabajo", y se refirió a los refugiados, "tantas veces rechazados por la cultura actual del rechazo".
