Mario Ambrose Antoine se hacía pasar por productor de la industria pornográfica. Él contactaba mujeres a través de la red social Facebook para citarlas. Durante el encuentro, las persuadía para tomarles unas fotografías de carácter privado.
Más tarde, las extorsionaba para no difundir sus fotos íntimas a familiares y amigos. Una de las mujeres relató que Ambrose le pidió 9 mil dólares para no exponerla. El hombre de 34 años también tenía una empresa de fotografías para boda, pero estafaba a sus clientes porque cobraba por adelantado, pero nunca iba a realizar el servicio.
Ahora sus estafas han llegado a su fin y la justicia estadounidense lo ha sentenciado a 10 años de cárcel.