Punto aparte del encendido debate y la polémica que despierta, es innegable que el feminismo, entendido como la reivindicación de los derechos de las mujeres es una corriente que continúa cobrando fuerza en el mundo. Y las redes sociales son una parte muy importante de ello.
El fenómeno, alentado desde Internet y replicado en la vida real, ha llevado a muchas a reunir el valor suficiente como para desafiar lo establecido incluso en las sociedades más conservadoras. Pero si hablamos de Medio Oriente y el mundo musulmán, la cuestión toma otro matiz.
Con una cultura donde la religión (a menudo en sus expresiones más fundamentales) cobra importancia hasta el punto de convertirse en ley, las voces disidentes no solo se exponen al repudio social, sino que arriesgan su integridad y en casos extremos, la vida misma.
La última muestra de ello es un breve video que se ha viralizado en toda la red y ha conmocionado y hecho estallar una polémica en Arabia Saudí. ¿La razón? Los seis segundos publicados en Twitter muestran a una joven usando una minifalda.
Aunque suene irrisorio, en este reino las rigurosas normas de vestimenta ya han hecho que las autoridades inicien una investigación y la protagonista del hecho, una modelo que en la red se identifica con el nombre de Julud, ha sido intervenida e interrogada este martes, informa El País.
El video muestra a Julud caminando por el casco antiguo de Ushayqir, a 200 kilómetros al noroeste de Riad, usando la falda corta y el cabello suelto. Todo lo opuesto de la ‘abaya’ y el ‘hiyab’, (túnica larga y ancha y pañuelo en la cabeza, respectivamente), obligatorios para las mujeres saudíes.
Tras el revuelo, los medios oficiales han informado que las autoridades se encuentran ya investigando y se evalúa sanciones contra la mujer. En tanto, los funcionarios de Ushayqir pidieron al gobernador y la policía sanción por el video “indecente”.
Según recogen los medios online del país, la modelo reconoció haber estado en el lugar junto a un tutor varón (mahram), aunque denunció que las imágenes fueron publicadas sin su consentimiento. Aún queda decidir si permanecerá arrestada o será puesta en libertad.
Las opiniones en las redes se han dividido entre quienes abogan por el respeto de las leyes del país, como el escritor Ibrahim al Munayif o el periodista Jaled Zidan que, más radical, pide “el regreso de la policía religiosa”.
Luego de varios casos de abusos e incluso incidentes mortales, la policía moral de Arabia Saudía fue despojada de su potestad para perseguir y arrestar a quienes desafían su mandato. Sin embargo, en su cuenta de Twitter, esta ha dicho estar siguiendo el caso para “adoptar medidas”.
También hay quienes apoyan a la joven, en un país donde las mujeres parecen quedar estancadas en una infancia perpetua. Arabia Saudí no permite a sus ciudadanas, trabajar, practicar deporte, estudiar, someterse a una intervención quirúrgica, casarse o alquilar un apartamento.
Tampoco pueden matricular a sus hijos en un colegio, abrir una cuenta bancaria, deambular por la calle o viajar sin el permiso de un ‘mahram’ que puede ser progenitor, cónyuge, hermano o incluso su propio hijo.
Según afirman estas voces, la reacción pone de manifiesto la tremenda resistencia de los sectores más recalcitrantes del reino a cualquier avance. Actualmente, el flamante príncipe heredero Mohamed bin Salman (31) intenta impulsar una reforma económica con leves ajustes sociales.
Entre estos se encuentra la apertura de gimnasios para mujeres o el fomento del empleo femenino. En los últimos meses, no obstante, este país ha visto constantes iniciativas de mujeres para reivindicar sus derechos.
Arabia Saudí ocupa el antepenúltimo puesto en el índice mundial de desigualdad de género de las Naciones Unidas, aunque ha realizado pequeñas reformas en los últimos cinco años, como reconocer el derecho al voto femenino y acudir a los comicios municipales en 2011.
En 2013, 30 súbditas fueron incluidas en la Shura, consejo designado directamente por el rey para estudiar las políticas gubernamentales y elevar propuestas de enmienda al Consejo de Ministros.
También se levantó la prohibición para que las saudíes usen motocicleta o bicicleta en zonas restringidas, aunque siempre con niqab y acompañadas por el mahram.