El polémico suceso se realizó en la localidad jujeña de Humahuaca, en Argentina, la “marcha por la paz y la Justicia” incluyó la “crucifixión” de cinco personas, entre ellas un niño de 9 años que terminó llorando, tras pasar tres horas atado a una cruz.
El acto, que fue promovido por el párroco de la iglesia local, Jesús Olmedo, quería mostrar los abusos y maltratos del que son víctimas las personas, pero sobre todo con los niños en todo el mundo, por eso realizaron crucifixiones simbólicas de adultos y menores.
Finalizado el evento, el niño fue bajado de la cruz y el sacerdote lo invitó a decir algunas palabras. Según los testigos, el infante no podía hablar pues estaba en shock, ante el silencio del menor, el cura dijo: “No quiere decir nada. ¡El silencio es más fuerte que el grito!”
Ante las críticas, el religioso aseguró que “el niño quería ser crucificado para mostrar lo que sufren sus amiguitos y la madre lo había autorizado”. También afirmó que “el acto fue hermoso, todos quedaron encantados”. Sin embargo, al infante no se lo vio disfrutando mucho de la situación.