Corea del Norte prometió hoy una "respuesta sin piedad" ante cualquier provocación de Estados Unidos, que decidió enviar uno de sus portaviones rumbo a la península coreana. La tensión entre Pyongyang y Washington está en su punto más alto, alarmando a todo el planeta.
Pese a los cuestionamientos de EEUU, el régimen comunista podría realizar este fin de semana un nuevo test de misil balístico o nuclear -ambos prohibidos por la comunidad internacional- coincidiendo con las celebraciones del 105 aniversario del nacimiento de Kim Il-sung, el primer líder del país.
En respuesta a las críticas de Donald Trump, el ejército norcoreano asegura que las bases estadounidenses en Corea del Sur "igual que los cuarteles generales del mal", en referencia entre otras a la presidencia surcoreana, serían "pulverizadas en pocos minutos" en caso de guerra.
El presidente estadounidense prometió hace unos días que se encargaría del "problema" norcoreano y anunció el envío a la península coreana del portaviones Carl Vinson, escoltado por tres navíos lanzamisiles.