La mujer australiana, Bianca Dickinson, nunca imaginó que el simple hecho de fotografiar a su hija en un campo en Wimmera, pudo haberle costado la vida a la niña de solo dos años de edad.
La madre contó en una publicación de Facebook que observó algo moverse mientras sacaba algunas fotos a su hila Molly y que en un primer momento pensó que era una rama.
Después de varios segundos se percató que entre el pasto seco se encontraba un cuerpo extraño. Al ver detenidamente se dio cuenta que se trataba de una serpiente marrón oriental, una de las especies más venenosas del mundo.
“Me di cuenta en el momento, pero también advertí que no podía empezar a gritar porque eso podía ser peor. Así que lo más tranquila que pude, llamé a Molly para alejarla del lugar. Cada vez que veo la foto se me vuelve a paralizar el corazón”, finalizó.