El estado de Arkansas planea la ejecución de ocho condenados a muerte entre el 17 y el 27 del próximo mes de abril, por estar a punto de caducar una cuestionada droga que tienen en sus almacenes, y que se usa en la elaboración de la inyección letal.
Los ocho reos forman parte del grupo de 34 presos que esperan su ejecución en el estado de Arkansas, donde la pena capital permanece suspendida desde 2005, por la dificultad para obtener todas las drogas empleadas en la elaboración de la inyección para los ajusticiamientos.
La tardanza en la resolución del procedimiento ha sido una continua fuente de frustración para las familias de las víctimas, quienes exigen que se cumpla la sentencia judicial, indican las autoridades del estado.
La droga en cuestión, el midazolam, expira en abril y se ha empleado en un buen número de ejecuciones. Sus críticos argumentan que el midazolam es un sedante, no un anestésico, por lo tanto no anula el dolor que sienten los condenados al momento de morir, por lo que exigen que la cambien por otra.
Las compañías farmacéuticas, presionadas por grupos defensores de los derechos humanos, han restringido su distribución y la de otras drogas, algunos estados no encuentran todos los suministros para elaborar la inyección letal, lo que demora las ejecuciones.
Si Arkansas cumple con su calendario de ajusticiamientos, batirá el ritmo de ejecuciones de cualquier estado del país, desde que se reimplantó la pena de muerte en 1977, según la organización Centro de Información sobre la Pena de Muerte.