El amor por los animales y su defensa puede ser uno de los temas más nobles y sanos. Pero en la actualidad, también se ha vuelto uno de los más controversiales. A menudo, en las redes sociales se puede encontrar con ‘animalistas’ que despliegan ideas más que radicales.
Más allá de si tengan o no razón, algunas de las cosas que comentan son impactantes. No pocos llegan a afirmar, sin pensárselo dos veces, que valoran la vida animal más que la de una persona. Y aún peor, exhiben desprecio y antipatía por la humanidad al punto de desear su extinción.
Nunca nos hubiéramos imaginado, sin embargo, que la vida real nos pondría frente a este debate ¿Qué vale más, una vida humana o una vida animal? Esto es precisamente lo que está pasando en un parque nacional en la India.
El Parque Nacional Kaziranga, que fue incluso visitado por los Duques de Cambridge el año pasado, permite a sus trabajadores disparar y hasta matar a potenciales cazadores furtivos, con tal de proteger a los rinocerontes que lo habitan.
Hasta el momento más de 50 personas han muerto desde que se implementó esta drástica medida. En cierto momento se estimó que los guardaparques estaban matando a una media de dos personas por mes.
En 2015, la medida surtió un efecto escalofriante: más humanos fueron muertos es esta zona que el número de rinocerontes asesinados por los cazadores furtivos. Sin embargo hay víctimas insospechadas: según BBC nativos inocentes, en su mayoría de tribus, están atrapados en el fuego.
Cuando se estableció este parque en Assam, región del extremo este de la India, solo quedaba un puñado de rinocerontes de un cuerno. El parque ya es Patrimonio de la Humanidad declarado por la UNESCO y conserva más de 2400 ejemplares, dos tercios de la población mundial de estos animales.
Los rinocerontes son cazados por sus cuernos, que pueden cotizarse hasta en 6000 dólares por cada 100 gramos. “La indicación es que siempre que veamos a los furtivos u otros cazadores, debemos usar nuestras armas y cazarlos a ellos”, declaran los guardianes del parque.
“Orden total de dispararles. Cada vez que veamos a los cazadores furtivos o cualquier persona en la noche tenemos orden de dispararles”, insisten. Se cree que un total de 50 personas han muerto a manos del personal del parque en los últimos tres años.
Ahora, piénsalo tú ¿Qué vale más? ¿La vida de un humano o la de un animal?