Julio César Gómez fue asesinado a golpes en la ciudad argentina de Tucumán, por obstaculizar la final de una carrera clandestina de caballos, al ver que su potrillo no iba a ganar y perdería todo el dinero que había apostado.
En su desesperación por parar la competición, el sujeto cortó la cinta que marca la línea de meta. Inmediatamente la carrera quedó suspendida, provocando el enfado de los asistentes, quienes se lanzaron contra él y masacraron.
Según informa el diario 'La Nación', cerca de un centenar de enardecidas personas participaron en el linchamiento, ni el personal de seguridad particular trató de evitar la tragedia, la víctima murió camino al hospital.
El informe médico señala que el cuerpo no presentaba heridas de arma de fuego ni de arma blanca, por lo que pudo ser un brutal golpe lo que le causó la muerte, aunque habrá que esperar a que se realice la autopsia.