Una estatua de un Buda de 600 años de antigüedad fue descubierta en un embalse, en el este de la provincia de Jiangxi, en China, luego de que el nivel del agua disminuyera debido a unas obras de renovación.
El hallazgo fue posible cuando el nivel del agua bajó más de 10 metros durante los trabajos en una puerta hidroeléctrica. Uno de los habitantes de la zona vio la cabeza de Buda, en diciembre de 2016.
La estatua tallada en un acantilado, mide 3,8 metros de altura y reposa serenamente sobre el cuerpo de agua. Junto con ella, también ha sido descubierta la base de una sala de un antiguo templo.
Según indicó Xu Changqing, director del Instituto de Arqueología de Jiangxi, el diseño de la cabeza indica que la estatua fue esculpida durante la dinastía Ming, entre los años 1368 y 1644.
Además, un funcionario local señaló que Buda fue tallado en el lugar, una intersección de dos ríos, para calmar las aguas, ya que las fuertes corrientes provocaban naufragios.
Los registros locales indican que el embalse fue construido en 1958 en las ruinas de la antigua población de Xiaoshi, que fue un importante centro comercial. Las ruinas están siendo investigadas por un equipo de buceadores.
Conforme a los expertos, las aguas del embalse han protegido la estatua contra la erosión y la destrucción por los humanos, pues muchas reliquias culturales chinas fueron destruidas durante la Revolución Cultural entre 1966 y 1976.