La reciente salida del Reino Unido de la Unión Europea ha generado revuelo en todo el mundo pero especialmente en los países que forman parte de dicho Estado unitario. Uno de ello es Escocia, una nación que ha mostrado su rechazo al Brexit. La ministra principal escocesa, Nicola Sturgeon, ha afirmado que pedirá iniciar "conversaciones de inmediato" con las instituciones europeas para "proteger el lugar de Escocia en la UE".
Sturgeon reiteró además que su Gobierno impulsará la legislación necesaria para facilitar un posible segundo referéndum de independencia en la región autónoma, opción que, dijo, "está sobre la mesa".
"Tal como están las cosas, Escocia afronta la perspectiva de ser sacada de la UE contra su voluntad. Considero que eso es democráticamente inaceptable", declaró.
Lo curioso es que en 2014, los escoceses rechazaron la independencia de Reino Unido por un 55% frente a un 45% de los votos. En ese momento, el resultado del referendo fue considerado el veredicto definitivo de una generación. Ahora el panorama independentista parece ser otro desde que el Partido Nacional Escocés llegó al poder.
En ese sentido, un referéndum de independencia tendría que realizarse dentro de los dos próximos años, en los que el Gobierno británico tiene que negociar la salida de la UE.