Para evitar cualquier sorpresa, la policía holandesa ha decidido atacarlos en su propio medio y está adiestrando águilas para convertirlas en cazadoras de estas aeronaves no tripuladas.
El proyecto forma parte del plan elaborado por el Coordinador Nacional de Lucha Antiterrorista y Seguridad de Holanda, para interceptar y desarmar drones considerados peligrosos.
“Se puede hacer de todo con ellos, incluso cometer atentados, porque actualmente están al alcance de cualquiera”, ha dicho Michael Baeten, jefe de operaciones de la policía holandesa.
Un informe del Servicio de Investigación del Ministerio de Justicia señala que, en las manos equivocadas, los drones servirían incluso para “transportar armas nucleares, químicas y de fuego, además de gases venenosos y proyectiles”.