Un grupo de vecinos destrozó un auto que se encontraba estacionado, en el barrio de Flores, ciudad de Buenos Aires, Argentina. Es que la alarma del vehículo estaba sonando desde hacía 36 horas, y el propietario no se presentaba.
Con el sonido de la alarma molestando todo el tiempo, los vecinos llamaron primero, y en varias oportunidades, al 911, la central de emergencias, pero no tuvieron respuesta. Luego fueron a la comisaría, donde les dijeron que no podían hacer nada. Preguntaron por el dueño del vehículo pero nadie daba razón.
Hartos porque ni siquiera podían dormir, comenzaron a atacar el auto, le rompieron el parabrisas, las ópticas y también las luces traseras. Además arrojaron distintos objetos y hasta basura sobre el vehículo, logrando finalmente detener el irritante ruido.
