Dicen que en gustos y colores no han escrito los autores y que nadie puede cuestionar las preferencias de las personas en diferentes aspectos, aunque a veces no sea de forma voluntaria. Y es que esta mujer tiene una extraña adicción que la lleva a comer hasta 20 esponjas al día.
Sí, Emma Thompson, de 23 años, tiene un trastorno obsesivo compulsivo que la obliga a comer esas esponjas que todos conocemos y que usualmente son empleadas para lavar platos y utensilios de cocina. Según ha asegurado la propia afectada a los medios británicos, todo empezó cuando era una niña y mordía las esponjas de baño.
"Me gusta el olor y el sabor del líquido de lavavajillas cuando está sobre la esponja (...) Cuando veo alguien lavando los platos, me lanzo como una loca por uno", confiesa sin tapujos la protagonista. "Es un placer culpable. Algunas personas fuman, yo como esponjas. No es un hábito sucio.
Thompson asegura que su extraña adicción no le ha causado problemas de salud, más allá de una amigdalitis que tuvo hace tiempo, y aseguró que su propio novio le compra esponjas. “Mi novio Alex pensó que yo era rara pero ahora ya se acostumbró a mis gustos”, cuenta Emma.