En su tercer día de gira sudamericana, el Papa Francisco detuvo su recorrido por las calles de Quito de manera intempestiva para bendecir a una anciana de 100 años que se hallaba en medio de una multitud de fieles.
El papamóvil hizo esta parada inesperada a solicitud del pontífice en la zona norte del Parque Bicentenario. Varios policías y miembros del equipo de seguridad del Vaticano tuvieron que unir fuerzas para cargar la silla de ruedas donde se encontraba la mujer.
Tal como registraron las cámaras de televisión, el Santo Padre recibió a la feligresa con una amplia sonrisa para después darle un beso en la frente, bendecirla y dedicarle unas palabras.
La hija de la afortunada fémina confesó a la prensa que “nunca imaginó” alcanzar esa dicha para su madre que quedó “muy contenta y feliz” con el acontecimiento. "Solamente yo le traía acá para que ella se dé una vuelta y se distraiga un rato, pero Dios quiso que nos dé la bendición el Papa", expresó emocionada.
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